LA PÍCARA ZARAGOZA DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA.

 


Existe abundante documentación sobre la vida política, social y económica de la Zaragoza de los años treinta del siglo pasado.
Pero poco se ha escrito sobre las calles, callejas, callejones, plazas y plazuelas por las que transitan de noche los gatos pardos.
Por suerte, ha llegado hasta nuestros días una guía nocturna de la ciudad, editada en 1934, que da detallada cuenta de los diferentes antros que acogen a los solitarios y libinidosos mininos.
LAS TAXI GIRLS.
En los años veinte del pasado siglo aparecen en Nueva York y en París salones de baile en los que trabajan muchachas dispuestas a bailar con quienes estén dispuestos a pagar por ello. Son conocidas como taxi girls, tanguistas o entrenadoras de academia de baile.
Estos locales pronto hacen acto de presencia en las noches zaragozanas.
El cabaret la Jota, en la calle San Lorenzo, es atendido por treinta elegantes señoritas.
El Lido abre sus puertas en la calle Estébanes. Dice el anuncio publicado en Heraldo de Aragón, que se trata de una aristocrática sala de baile amenizada por la orquesta "Los Porteros". Cuarenta damas están a disposición de los clientes para ejecutar con ellos los tangos más sofisticados.
Igual número de mujeres están disponibles en el salón Conga Dancing, ubicado en la calle Cuatro de agosto. Veinticinco céntimos ha de pagarse a la danzarina por bailar una pieza. Para ella son quince. Los otros diez, para el establecimiento.
Tras la guerra civil, se transforma en café cantante, pasando a denominarse "El Plata".
Al día de hoy, las puertas del Plata continúan abiertas, acogiendo en su interior todo tipo de actividades: actuaciones en directo, restaurante, bar de copas o discoteca, siendo el café cantante más antiguo de Europa.
Pero retornando a los años treinta, antes de acceder a los salones en los que operan las taxi girls, los hombres han de adquirir los tickets en la entrada. Con ellos podrán estrechar entre sus brazos a algunas de las bellas muchachas que trabajan en el local.
Se paga un ticket por melodía, por lo general de corta duración para incrementar los ingresos.
Las bailarinas que consienten una mayor cercanía del varón son las que mayores beneficios obtienen.
Se dice que prestan servicios en estos salones muchachas de toda condición, modistillas, oficinistas o dependientas que buscan mejorar su economía con este tipo de actividad.
EL CABARET.
Antes de convertirse en salón de baile, La Conga Dancing se denomina Cabaret Aragonés, 
negocio que compagina el music hall con el servicio de restaurante, lo que le permite estar abierto día y noche.
Por su escenario pasan cupletistas y vedettes de ligera vestimenta que con sus pícaras canciones enardecen a los clientes.
Pero el cabaret más importante es sin duda el Royal Concert, ubicado en la calle Boggiero número 28.
La belleza y osadía de las bailarinas que pasan por su escenario y la categoría profesional de algunos de sus artistas lo convierten en un referente nacional.
La Bella Dorita, Miguel de Molina, que canta la copla como nadie, o la por aquél entonces jovencísima Carmen Amaya,  son algunas de las estrellas contratadas por el establecimiento.
CASAS DE TOLERANCIA.
Tras la sesión de baile, algunos exaltados danzarines se internan por las estrechas callejuelas del casco viejo tomadas por maduras mujeres que ofrecen sus exiguos encantos por unos cuantos reales.
Otros, prefieren los bares atendidos por desinhibidas y simpáticas camareras con lengua de gata, siempre dispuestas a tomar unas copas con aquellos clientes que estén dispuestos a pagarlas.
Por último, los hay que optan por las casas de tolerancia que se distribuyen por el entorno de la calle Verónica, San Pablo o la parroquia de San Ildefonso.
Los precios habituales oscilan entre las cinco y las diez pesetas. Pero los clientes de recursos limitados o los no excesivamente exigentes pueden contratar el servicio por tres, e incluso por dos pesetas.
Y en Casa La Villalta se hace ostentación del reconocimiento que de ella hace la sociedad de Naciones por tener siempre mujeres de todos los países del mundo.
PROFILAXIS.
En una época en la que todavía no se ha generalizado el uso de la penicilina, algunas enfermedades de transmisión sexual suponen un grave riesgo para la supervivencia, por lo que el uso de la goma es una necesaria medida profiláctica a adoptar.
De aquellos establecimientos en los que se dispensa este tipo de material, todavía sobrevive en la calle Cuatro de Agosto el escaparate de la Ortopedia La Francesa, emblemático comercio del que los adolescentes de aquella época comparten sigilosamente el secreto de los artículos que vende.
Para los imprudentes que sucumben a las enfermedades vergonzantes, Zaragoza dispone de una buena cartera de profesionales sanitarios dispuestos a dispensar a dispensar la imprescindible asistencia clínica.

FUENTES
- Guía Nocturna. Zaragoza de noche. 1934.
FOTOGRAFÍAS.
- Mujeres paseando por el paseo de la Independencia;   Extraída del libro "Zaragoza, años 20. 81 fotografías de Roisin (1925-1931)".
- Grupo de pamploneses en la plaza Aragón. José Galle Gállego. Fototeca de Navarra.
- Plaza de la Verónica. 1949. Juan Mora Insa. AMZ.
- Plaza de San Pablo. 1951. Juan Mora Insa. AMZ.
- Fotografías del Plata. Año 1991. Antonio Calvo Pedrós. AMZ.
- Dance marathon, 1923. Library of Congress. United States.
- La Bella Dorita. Web coleccionismo.
- Antonio Molina. Coyne. AHPZ.
- Prost. del Alto de la Villa (Albacete). Luís Escobar. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
- Interior of a hause in Naples, Italy 1945. Five prost. waiting for customers. Wikipedia.
- Three women, rue Asselin. Eugène Atget. Wikipedia.
- Carmen Amaya. Wikipedia.
- Revista "Crónica". Madrid. Años 30 del siglo XX.
- Revista "Tararí". Años 30 del siglo XX.
OTRAS.
- Imágenes creadas con inteligencia artificial. Microsoft Bing Y Pix Verse.
RESTO DE FOTOGRAFÍAS.
Mario Maganto Berdejo.
MÚSICA.
Parisian Cafe. Aaron Kenny.
TEXTO Y EDICIÓN.
Mario Maganto Berdejo.

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