ZARAGOZA Y LOS MAGNÍFICOS AÑOS 60. UNA DÉCADA PRODIGIOSA.

Estamos en 1960.
Unos años antes, Franco incorpora al Gobierno a los tecnócratas del Opus Dei, que emprenden la liberalización económica y la apertura del régimen al mundo exterior.
Atrás quedan los años de la autarquía, del estraperlo y de las cartillas de racionamiento, iniciándose en la década de los sesenta lo que vendrá en llamarse el milagro económico español.
Durante esos años surge una clase media llena de optimismo y de vitalidad que aspira a mejorar su calidad de vida aunque sea realizando jornadas de trabajo interminables.
Zaragoza necesita mano de obra abundante. Y la obtiene de las gentes venidas de los núcleos rurales de Aragón, de Soria, de Andalucía o de Extremadura, que se instalan en nuestra ciudad buscando una vida mejor.
La capital del Ebro pasa de los 326.000 habitantes que tiene en 1960 a los casi quinientos mil al inicio de los setenta.
La necesidad de dotar de vivienda a tanta población dispara la especulación del suelo y los atentados contra el patrimonio urbanÍstico.
Son años llenos de contradicciones, en los que coexisten modernidad y pasado; progreso económico y miseria.
Todo puede pasar en esa Zaragoza que se abre al futuro.
En 1961, Carmen Sevilla, nuestra actriz más hermosa e internacional contrae matrimonio con Augusto Algueró en la Basílica del Pilar, convirtiéndose en un acontecimiento de relevancia nacional.
Los yanquis instalados en la base americana se dejan ver por las calles de la ciudad y por algunas discotecas de las que se convierten en clientes habituales.
Algunos zaragozanos privilegiados tienen acceso a lo último de la música anglosajona y al tabaco rubio americano.
La capital de Aragón se convierte en la ciudad magnífica, porque magníficos son Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra, la mejor delantera del balompie español de esa época.
La Romareda rebosa de espectadores, que acuden un día tras otro a la plaza del Carbón a la búsqueda de entradas para acceder al templo del fútbol en el que sus héroes realizan las mayores hazañas.
El Real Zaragoza le brinda a su afición cuatro finales de la Copa del Generalísimo, ganando dos de ellas y una Copa de Ferias.
Las fiestas de Primavera adquieren relevancia nacional con la incorporación a las mismas del certamen de Maja Internacional, concurso de belleza que se celebra en nuestra ciudad hasta finales de los años setenta.
En 1968 visita Zaragoza el afamado doctor Christian Barnard, primer cirujano capaz de realizar un trasplante de corazón.
Llegado el verano, hombres y mujeres, chicos y grandes, se defienden del calor zambulléndose en el río Huerva, en las playas del Ebro o en alguna de las piscinas que hay en la ciudad.
En las familias más afortunadas, las esposas y los niños pueden disfrutar durante unos días de las playas de Salou o Cambrils.
Entre tanto, los maridos permanecen en la ciudad trabajando como buenos "Rodriguez".
Y aunque se vive en una sociedad patriarcal, en la que las  mujeres ni siquiera pueden abrir una cuenta de ahorro sin la autorización del marido, las jóvenes no están dispuestas a quedarse fuera del nuevo mundo que se presenta ante sus ojos.
Compatibilizan las actividades del Servicio Social con los concursos de belleza, con la lectura, con las competiciones de ajedrez o con la asistencia a la plaza de toros para ver en directo a Manuel Benitez "el Cordobés", un auténtico mito español que Lapierre y Collins elevan a universal con su novela "O llevarás luto por mí".
Las obras públicas se multiplican.
Se acometen las reformas del paseo de la Independencia, de la Plaza de Aragón o la Plaza de Basilio Paraíso. En 1965 se concluye la nueva sede municipal. Y en 1967 se inaugura el puente de Santiago.
Los comercios convocan a los zaragozanos en tiempo de rebajas, mientras que las tiendas de electrodomésticos les  invitan a que se detengan en sus escaparates, para disfrutar de las últimas noticias, del partido de fútbol de la semana o de la corrida  de toros que se está celebrando en el Coso de la Misericordia.
En septiembre de 1968 miles de gitanos llegados de todo el mundo se instalan en las inmediaciones del Canal Imperial de Aragón, en el antiguo Cuartel de Castillejos. Vienen a rendir homenaje a la Virgen del Pilar.
El Heraldo de Aragón cuelga cada 22 de diciembre un cartelón en la fachada de su domicilio social. Un empleado va anotando en tiempo real los premios que van saliendo del bombo.
El 31 de diciembre de 1969 muere la década, con una ciudad, Zaragoza, convertida en una de las más prósperas del país.
Los zaragozanos habrán de enfrentarse a nuevos retos a lo largo de los años setenta, siendo el más importante el de la recuperación de la libertad perdida décadas atrás.
Pero esa, ya es otra historia.

FUENTES
FOTOGRAFICAS
La mayoría de las fotografías se han obtenido del Archivo Municipal de Zaragoza y fueron realizadas por Gerardo Sancho Ramo, aunque se muestran algunas fotos de Manuel Arribas, Luís Mompel y de autores no identificados.
- Imagen de los números premiados en el sorteo de lotería de 1969. Archivo Heraldo de Aragón.

VIDEOS.
- Imágenes de la boda de Carmen Sevilla y Augusto Algueró. 1961. NODO.
- Imágenes de la final de la Copa de fútbol del Generalísimo de 1964. NODO.
- Imágenes de la peregrinación gitana a la Basílica del Pilar. 1968. NODO.
- De la serie "Conozca usted España", fragmento del documental "Zaragoza es algo más", de José Luís Borau. RTVE.
- Ciudadano Coyne: Inauguración de la XX Feria de Muestras. 1960. AHPZ.
- Ciudadano Coyne: Inauguración de la Base Americana. 1959. AHPZ.

MÚSICA.
If You Close Your Eyes I'm Still With You. Late Night Feeler

TEXTO Y EDICIÓN.
Mario Maganto Berdejo.

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