HISTORIA DE LA PLAZA DE ESPAÑA DE ZARAGOZA. DEL CAFÉ SUIZO AL BANCO HISPANO AMERICANO.


En 1855 Zaragoza apenas supera los sesenta mil habitantes.

Nos situamos en la plaza de la Constitutción. Desde su elevado pedestal, Neptuno observa silente el apacible discurrir de los vecinos por el Salón de Santa Engracia, en pleno proceso de urbanización.
En el lateral derecho se alzan los trece arcos que conforman la primera manzana del bulevar. Levantar cada uno de ellos ha costado cinco mil pesetas.
En el número dos, que mira por un lado al Salón y por el otro a la plaza de la Constitución, la baronesa de la Menglana manda levantar su casa, lindante con la Diputación Provincial.
En 1858, apenas concluido el inmueble, ocupa los bajos del edificio la familia Matossi, que desde 1847 viene ejerciendo en Zaragoza la actividad hostelera, bajo la dirección de Lorenzo.
Abre sus puertas manteniendo la denominación de Café Suizo, ya utilizada en una ubicación anterior, cercana a la puerta de Santa Engracia.
Sabemos que a Lorenzo Matossi le sucede en el gobierno del Café Suizo su hijo Juan Andrés, que fallece en 1899. Su esposa, Margarita Ragazzi, le sobrevive hasta 1912.
El Café Suizo de la capital maña es un local de grandes dimensiones y refinada decoración.
Las tertulias políticas y culturales forman parte del hábito de los zaragozanos de la época.
En el café helvético son habituales las taurinas, en las que se debate sobre las virtudes, triunfos o fracasos de toreros tan relevantes como Frascuelo, Lagartijo, Guerrita, o el matador local Nicanor Villa.
En octubre de 1908, Alfonso XIII visita Zaragoza con ocasión de la Exposición Hispano Francesa. Al paso de la carroza real por una plaza de la Constitución abarrotada de público el fotógrafo toma una impagable instantánea en la que destacan la fachada del establecimiento y los veladores que desde 1889 ocupan una parte del frontal de la Diputación.
Por las fotografías que se conservan del local sabemos que en techos y paredes predominan los elementos decorativos realizados en yeso moldeado.
También los espejos ostentan papel principal, al igual que el hierro fundido con el que se fabrican las abundantes columnas que se despliegan por el establecimiento.
No menos relevante es el papel que desempeña la madera, destacando un mostrador magníficamente tallado.
Existe una zona reservada al juego del billar y sabemos que uno de sus espacios se denomina Salón Blanco.
Con la llegada de la nueva centuria, Zaragoza alcanza los cien mil habitantes.
Por aquel entonces el sector bancario vive dulces momentos.
En 1907, el Banco Hispano Americano abre sucursal en la capital del Ebro.
Se instala en el Coso número 31, en el inmueble de los marqueses de Nibbiano, que José Yarza acaba de reformar, conforme a los cánones del art-nuuveau.
La evolución de este banco resulta tan favorable que en 1916 decide trasladarse al número dos del paseo de la Constitución, encargándole el proyecto de su nueva sede al joven arquitecto zaragozano Miguel Ángel Navarro Pérez.
Tras el desastre del 98 surgen tendencias artísticas que buscan su inspiración en el glorioso pasado español, desarrollándose una corriente arquitectónica que bebe de las fuentes del plateresco, estilo genuinamente hispano.
Navarro se adhiere a esta línea y diseña un edificio de estilo neoplateresco con sus dos fachadas básicamente iguales.
Con la llegada del Hispano la cultura del dinero le toma el relevo a la del ocio, y el Café Suizo se ve obligado a cerrar sus puertas.
En 1940, tras la guerra civil, el Banco Hispano Americano acomete una nueva remodelación del inmueble, encargándole nuevamente el proyecto a Miguel Ángel Navarro.
Sin abandonar el estilo historicista, Navarro suprime los excesos platerescos de las fachadas, que ganan en sobriedad.
A semejanza de la finca que la Sociedad de Seguros La Catalana levanta en la otra acera del paseo, el arquitecto incorpora al inmueble un torreón esquinero que le confiere monumentalidad.
En la actualidad, el más que centenario  edificio se mantiene en pie, constituyendo uno de los emblemas más significativos de la plaza de España.

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