EL EXPOLIO DE LOS ARTESONADOS ARAGONESES POR WILLIAM RANDOLP HEARST.

Durante los siglos XIX y XX, el patrimonio artístico aragonés, al igual que el del resto de España, sufre gravísimos daños.
Las guerras napoleónicas y carlistas, las desamortizaciones, el atraso cultural y el decaimiento moral de la sociedad, así como el abandono del entorno rural, la especulación urbanística, y el expolio al que se ve sometido Aragón, son los factores determinantes del desastre.
Uno de los responsables de ese expolio es William Randolph Hearst, nacido en San Francisco, el 29 de abril de 1863.
Atraído desde muy joven por los medios de comunicación, llega a controlar multitud de periódicos y emisoras de radio, convirtiéndose en el padre de la prensa amarilla y en uno de los hombres más ricos de Estados Unidos.
Al igual que otros integrantes de esa nueva dinastía de multimillonarios americanos, Hearst se siente atraído por el coleccionismo de objetos artísticos, que compra y acumula compulsivamente.
Orson Welles repara en el personaje, iniciando su trayectoria cinematográfica en 1941 con la película "Ciudadano Kane", una obra maestra del cine universal, en la que recrea la biografía del personaje en cuestión.
Al morir su madre en 1919, Hearst hereda con 56 años, el rancho familiar de San Simeón, en la costa californiana.
Allí decide levantar una gigantesca mansión, con evidentes referencias hispanas, hasta el punto de que en la fachada de la vivienda principal se levantan dos torres a imagen de la que se alza en la Iglesia de SantaMaría la Mayor, de la localidad malagueña de Ronda.
La puerta del desaparecido palacio de los duques de Arcos, hoy reubicada en el Alcázar de Sevilla, es recreada en el acceso a su castillo.
 Para materializar su sueño se sirve de la arquitecta Julia Morgan, de la que dirá que fue la mujer más fiel, la que nunca quiso engañarle.
Concluida la faraónica construcción, Hearst necesita decorar las 161 habitaciones que integran el inmueble.
El problema es que  en Estados Unidos sobra el dólar pero falta patrimonio artístico.
El magnate resuelve esa carencia dirigiendo la mirada hacia la vieja Europa. Y España es objetivo principal.
Residen en este país Arhur Byne y Mildred Stapley, matrimonio que goza de amplia reputación en los círculos culturales hispanos.
Julia Morgan contacta con ellos en demanda de fotografías y dibujos de obras de arte que le sirvan de inspiración para decorar el castillo de San Simeón con recreaciones de las mismas, elaboradas en escayola.
Pero los Byne, que son unos expoliadores sin escrúpulos, le proponen a Hearst suministrarle las piezas originales.
 acepta encantado.
Eludiendo con artimañas los controles del Ministerio de Bellas Artes, y actuando con nocturnidad y alevosía, Arthur y Mildred recorren el país saqueando todo lo que se cruza en su camino, a pesar de lo cual Mildred Stapley es distinguida con la cruz de Alfonso XII y su esposo con la cruz del Mérito Militar de primera clase.
Consiguen hacerse con ochenta y siete artesonados españoles, no dudando en ocasiones  en derribar los inmuebles para apropiarse de los techos sobre cuyos muros descansan.
Con uno de ellos, perteneciente a la ya desaparecida "Casa del judío", en Teruel, Hearst adorna el techo de la sala conocida como "Morning room".
La sala de billar descansa bajo la armadura procedente de una desaparecida casa palacio de Barbastro.
Otra magnífica techumbre, de procedencia turolense, se alza sobre la cama con dosel del dormitorio del matrimonio Hearst.
Por último, sobre la biblioteca se puede disfrutar del cielo expoliado al castillo de Biniés.
Con el declive económico de Hearst se inicia la dispersión de su patrimonio artístico, que es malvendido en sucesivas subastas, o abandonado en almacenes del Bronx.
Los tasadores llegan a localizar veinte mil cajas todavía precintadas, con valiosas obras de arte en su interior.
En una de esas subastas, Margarita Garza Sada, empresaria y mecenas mexicana, adquiere un artesonado.
En las cajas sin desembalar que lo contienen, aparece el término Tarazona 3, nombre en clave asignado en su día por Bain.
Lo instala en un salón de su vivienda "Las Magnolias", en la ciudad de San Pedro Garza García.
Su hijo, el empresario y político Mauricio Fernández Garza, compulsivo coleccionista, viaja a España muchos años después.
Visita la ciudad de Tarazona, en donde concluye con los técnicos que lo acogen, que el artesonado pudo formar parte de una dependencia del palacio episcopal, hoy desaparecida, de dimensiones similares al salón de los obispos.
Con todo el patrimonio acumulado, Mauricio abre en la ciudad de San Pedro Garza García el Museo La Milarca.
Del resto del patrimonio de Hearst que es puesto a la venta, se desconoce en su mayor parte su destino final, aunque es probable que alguna joya del arte mudéjar aragonés se encuentre en manos de aquellos anónimos compradores.

Para conocer las fuentes utilizadas, puedes consultar en el texto que acompaña al vídeo de youtube publicado en esta página.

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